En principio, no tendrá necesidad alguna de desinstalar estos parches ya que, según la Web Windows Secrets, no provocan riesgo alguno. Lo que está claro es que, más grave que el hecho de que sean parches peligrosos o no, es la libertad que se ha tomado Microsoft para, sin permiso alguno y de forma totalmente oculta, realizar cambios en las máquinas de los usuarios. Imagínese que ha configurado la red de una gran empresa con cientos de máquinas y que, de repente, estas varian su comportamiento o se provoca algún problema inesperado con uno de los programas que utiliza. Sería un verdadero caos, ya que no le ha sido notificado ningún cambio.
Tenga también en cuenta que, en estos casos, no sirve de nada el desactivar por completo las actualizaciones automáticas. Así que solo queda esperar que Microsoft no continue con estas prácticas tan reprobables, no solo por la falta de ética al realizarlas de forma oculta sino también por los quebraderos de cabeza que pueden llegar a ocasionar a los administradores.
Enlace: Windows SecretsEnlace: Microsoft Watch
Fuente: The Inquirer
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